La combi: ¿El boom del transporte público?

“La combi llegó al Perú entre los setenta y ochenta. Y fue la crisis del transporte público en los años turbulentos de Alan García lo que provocó que de un momento a otro algunas kombis empezaran a aparecer en paraderos de las avenidas Arequipa o Javier Prado. La ventaja era que el pasajero ya no tendría que viajar colgado de la puerta de un microbús como una cometa, sino sentado y rápido aunque en asientos más pequeños.”(1)
“Fue a principios de los noventa que el gobierno de Fujimori decretó la libre importación de vehículos y la apertura de rutas de transporte urbano. Así, de Chile ingresaron unos vehículos parecidos a las combis Volkswagen pero de marcas japonesas como Toyota y Nissan que en su país de origen también eran usadas para el transporte de carga y de pasajeros. Su importación se tornó desmesurada cuando la demanda se multiplicó. ¿La razón? Miles de obreros y desempleados que entonces eran despedidos de empresas públicas y privadas no encontraban otro camino para subsistir que comprar combis (con sus liquidaciones) y lanzarse a las calles como improvisados choferes de transporte público. Solo se necesitaba saber manejar, o tal vez no. El experto en transporte urbano Juan Carlos Dextre es categórico: las combis no fueron diseñadas para el transporte de pasajeros sino para el reparto de mercadería. "Acá [en Perú] se le puso asientos y se convirtió en vehículo de transporte público sin contar que es de tamaño inadecuado, inaccesible para discapacitados y que genera congestión vehicular", agrega.”(1)
Al ser las combis un escape de problemas como la falta de empleo, hoy en día ocurren muchos accidentes, ya que la mayoría de choferes de las combis, carecen de licencia y no saben manejar.
“El negocio de una combi es meter la mayor cantidad de gente. Eso se logra reemplazando los ocho asientos de la parte posterior por unos más pequeños para que se sienten dieciséis personas además de los dos que van adelante, al lado del chofer. Para lograr esa proeza en una dimensión tan reducida se colocan asientos de solo 30 centímetros de ancho. Y entre el respaldar de uno y otro asiento hay apenas medio metro. De modo que el pasajero debe encogerse para sentarse allí.”(1)
“Y todavía hay pasajeros que por la premura del tiempo viajan de pie, pero no erguidos, sino doblados ya que este vehículo solo tiene un metro cuarenta centímetros de altura. Pero como el público exigía comodidad a los choferes de combis, recogieron sus inquietudes y le encontraron una solución al problema: "Sacarle el techo original al vehículo y reemplazarlo por uno más alto para que los pasajeros parados viajen más "cómodos". Así , aparecieron dos nuevos modelos de creación peruana: la combi "camello" y la combi "huevito". Hoy el cambio de techo cuesta 1,200 soles.”(1)

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(1)LA REPUBLICA(2008) (http://www.larepublica.com.pe/component/option,com_contentant/task,view/id,243770/Itemid,0/) Sitio oficial del Diario La República (consulta: 2 de junio)